Pintura de Nuestro Carisma

Pintura de Nuestro Carisma

Pintura de Nuestro Carisma

TEsta pintura nació de nuestra reflexión sobre cómo podría mostrarse visualmente nuestro carisma de compañerismo – el don especial que estamos llamadas a ofrecer al mundo y a la Iglesia. Se compartieron muchas ideas, y como resultado, en julio de 1996, Helen Roberts emprendió la tarea de trasladar el fruto de la reflexión comunitaria de la Sociedad en una pintura.


La pintura es un lienzo circular de 1,20 m de diámetro. Hay un movimiento circular en la pintura misma, que simboliza integridad, y el amor fiel de Dios que rodea todo. Se utilizaron colores acrílicos vibrantes para mostrar la vitalidad y la energía del carisma de compañerismo.

A la izquierda, una llama, la pasión por el Reino de Dios, envuelve a la Fundadora Marie Madeleine de Bonnault d’Hoüet y a cuatro compañeras que representan a la vez a las primeras FCJs y a las cuatro “compañeras espirituales”, pobreza, humildad, obediencia y dulzura. Dios prometió que éstas siempre estarían con Marie Madeleine y la Sociedad fundada por ella. También están Eugène, el hijo de Marie Madeleine, y un grupo de niños jugando ante el horizonte de Amiens, Francia, donde nació la Sociedad.

La llama surge del pie de la cruz. Marie Madeleine se inspiró en las mujeres que permanecieron al pie de la cruz de Jesús fieles a él. Cerca de la cruz también pueden verse personas que sufren, que toman el agua de la vida que forma la sombra de la cruz. El grito de Jesús en la cruz Tengo sed influyó profundamente en Marie Madeleine, y ella se comprometió a responder este grito mediante una vida de compañerismo con Jesús y con su pueblo.

Las mujeres se mueven desde la llama hacia el futuro llevadas por el Espíritu. El puente une los primeros días en Amiens con las fundaciones posteriores en muchas partes del mundo, dieciséis países donde las Hermanas FCJ ejercen ministerios muy variados, tocando la vida de innumerables personas en un mundo tan diverso y tan cambiante.

La cruz de la vida se extiende hacia el mundo, y su centro, que representa la Eucaristía, irradia luz que inunda todos los aspectos de la pintura, atrayéndolos a una armoniosa unidad.

Desde el pie de la cruz, el pueblo de Dios avanza. Las mujeres que personifican el don del carisma dado a la Sociedad FCJ están en el centro de la multitud. Son mujeres dulces, que extienden sus brazos dando la bienvenida y animando a quienes las rodean. Una de ellas está vestida de los colores de la cruz y su silueta es eco de la cruz. Existe una gran diversidad en el grupo de mujeres, que son de distintas razas y edades. Llevan la llama de la primera inspiración que Marie Madeleine recibió y caminan sobre el río que las conduce al futuro.

Las mujeres arrodilladas a la orilla del río recogen agua en vasijas de barro, recordando el llamado de Marie Madeleine a ser como una vasija vacía en las manos de Dios dispuesta a recibir todo de Dios.

El arco iris, resplandece sobre toda la pintura como un símbolo de la Alianza de Dios. El movimiento circular esbozados en la llama, con el recorrido de toda su historia y con el arco iris, símbolo de esperanza para el futuro.

Este cuadro está en el convento de Gumley, nuestra Casa General, cerca de la escalera que lleva a la capilla.