Espiritualidad Ignaciana

Espiritualidad Ignaciana

Espiritualidad Ignaciana

La espiritualidad es la forma en que nuestra experiencia de Dios moldea da forma a cómo percibimos el mundo y cómo interactuamos con el mundo.

Las mujeres y los hombres que abrazan la espiritualidad ignaciana tienen una visión ignaciana del mundo y una espiritualidad basada en los Ejercicios Espirituales de San Ignacio


Ignacio usó muchas imágenes de Dios en los Ejercicios – pero en todo el pensamiento ignaciano Dios es a la vez inmanente y trascendente. Dios está por encima y más allá y Dios es el corazón.

Para Ignacio, todo viene de Dios en Jesús y todo vuelve a Dios en Jesús… mejor aún, Dios nos invita a participar con Jesús en ese mismo ciclo de creación y redención. Así es como Dios trabaja en la creación… y nosotras, que compartimos la misión de Jesús, colaboramos en ese trabajo.

Dios no sólo está fuera y más allá de todo lo que ha creado; Dios está en y a través de toda la creación. Dios es el centro, el corazón de la creación, y desde allí comparte su gloria con nosotros. Dios está en todas las cosas, en todo lo que forma parte de nuestra experiencia de vida.

Los Ejercicios Espirituales suponen una red de relaciones… nuestra relación con toda la creación, con la Iglesia, con las cosas que usamos, con María Madre de Dios, con los ángeles y los santos – hombres y mujeres heroicos que nos precedieron en el camino. No sólo hemos de ver, sino estar en relación con el amor total de Dios, derramado, entregado completamente. Hemos de ser conscientes de las relaciones de nuestra historia, pasadas y presentes. Hemos de estar en relación con nosotros mismos.

La experiencia de los Ejercicios está basada en una convicción firme de que Dios se revela en nuestra experiencia de vida y mediante ella. Ignacio se ve como peregrino y su proyecto de vida es su peregrinación.

No existe un lugar preciso para hacer tal viaje; no hay lugar donde Dios no esté. La maravilla es que ese viaje no se acaba, la historia nunca termina de contarse, la aventura nunca llega al final. No hay historias equivocadas; sólo hay historias de vida… y Dios revelándose en ellas.

Para las Fieles Compañeras de Jesús, cuyas Constitucione son fundamentalmente las Constituciones de la Compañía de Jesús, la espiritualidad ignaciana toca en profundidad todos los aspectos de nuestras vidas. El fin que busca la Sociedad es el fin para el que Jesús vino al mundo, la mayor gloria y servicio de la divina Majestad de Dios.

Cuando el Cardenal Bertazzoli, en nombre del Papa León XII, preguntó a Marie Madeleine sobre las Constituciones, ella respondió que nos eran más queridas que la misma vida.

AMDG — Ad Maiorem Dei Gloriam

El magis es evidente en las Constituciones; todo es para la mayor gloria, servicio y alabanza de Dios. Debemos buscar un mayor amor y conocimiento de Dios, discernir nuestro apostolado para tener mayor devoción y confianza en Dios, responder a la necesidad que sea mayor.